Hoy en día a nadie se le escapa la necesidad de las empresas a estar en la red. Estar conectados con todo el entorno es algo imprescindible y que Internet nos ayuda a esa conexión es algo evidente. Lo que no parece que es tan evidente es la necesidad de que no sólo un community manager (CM de aquí en adelante) debiera ser el encargado de llevar a toda una empresa a la red.
Uno de los errores más comunes es la creencia de que solo el CM debe controlar todos los temas del mundo 2.0. Si solo el CM es capaz de atender las necesidades que supone estar en la red, la imagen de la empresa que estaremos dando no es más que la imagen que el propio CM tiene de la empresa, y no siempre es la correcta. Al final, son los vendedores los que tocan la puerta del cliente, llaman a sus teléfonos y responden a las peticiones que éstos realizan. Tratar de responder perfecto, sea cual sea la vía de contacto (Offline u online) sí que es algo evidente. Y cuando decimos comerciales, nos referimos a toda la empresa, por que todos tendrán un valor que aportar al cliente.
Se entiende este conocimiento sobre las herramientas 2.0 como parte de la filosofía de la empresa. Buscando ser cercanos, pero sin abusar del contacto con el cliente. Aportar siempre valor al usuario. No spamear. Ser el libro de instrucciones de las 24 horas y directo. Al final se habla mucho de hacer comunidad, pero, ¿qué significa esto? Significa que los usuarios nos aporten esa gran cantidad de información valiosa para todos. Vivimos en la sociedad en la que se busca compartir conocimiento en Internet entre usuarios, y ahí tenemos mucho que aportar, desde la experiencia, la opinión y el conociemiento. Y todo no lo controla un CM. La empresa, como una, debe aportar a esta comunidad.
Por esto, y muchas más razones, los integrantes de las empresas deberán tener esa formación en 2.0 como una herramientas de trabajo, una herramienta potente y necesaria.