En primer, lugar nuestro más sincero pésame a todas las personas que habéis perdido a un ser querido por el Covid-19, mucho ánimo a las que tienen a un familiar hospitalizado, nuestro agradecimiento a todos los profesionales que están en primer línea curándonos y haciendo que todo sea más llevadero y nuestro aplauso a todos los niños, adolescentes, padres, abuelos, … que están respetando el confinamiento para proteger a sus vecinos, amigos y familiares.
En tiempos de confinamiento son muchos los economistas que están alertando del terrible impacto que el coronavirus tendrá en nuestra economía y sus declaraciones no invitan precisamente al optimismo, más bien todo lo contrario. El siempre didáctico José María Gay de Liébana advirtió «hay posibilidad de crisis de liquidez y de solvencia«, el profesor Ramón Alfonso, entre muchos otros, cree conveniente «la puesta en marcha de un Plan Marshall que permita la reactivación de la economía» y, por su parte, la economista americana Carmen Reinhart sentenció que “no se veía una crisis en la economía mundial así desde la Depresión del 30”.
Estas declaraciones son, sin duda, una consecuencia directa del duro impacto que el COVID-19 tendrá en sectores tan importantes como el turismo, el ocio o el aeronáutico. No obstante, en este túnel que parece tener una salida bastante lejana todavía, asoma un rayo de luz que puede suponer una esperanza para muchos empresarios: el comercio online. Este fenómeno llegó no hace mucho tiempo y está siendo la crisis que estamos sufriendo, la que seguramente provoque su consolidación en la sociedad. El incremento por cinco de las ventas online de El Corte Inglés como recogía EconomíaDigital, el repunte de las ventas inmobiliarias vía Internet o la multiplicación por tres e incluso por cuatro de empresas de distribución, tal y como afirmó Vicente Segura en Expansión, son pequeñas dosis de optimismo que tanta falta hacen a los empresarios y trabajadores de buena parte del mundo pues hasta el momento solo eran malas noticias las que abrían los titulares y las portadas de los periódicos.
Doofinder ha comprobado en un estudio reciente que en otros países de Europa se reproducen las mismas constantes. “Italia, que entró en confinamiento antes que España, está viendo cómo las ventas online se duplican. Y si observamos lo que pasa en países como Alemania, Francia o el Reino Unido, constatamos una realidad: conforme avanzan las semanas en un estado de confinamiento social, el comercio online se encamina hacia registros históricos”.Estos datos junto a los que recogía la consultora Kantar en los que indicaba el incremento en un 138% de las ventas online en la última semana de febrero, nos llevan a reflexionar sobre cómo se debe afrontar esta crisis desde el punto de vista empresarial.
Y precisamente en esta situación viene como anillo al dedo unas declaraciones que en su día realizó el inversor húngaro George Soros «cuando peor parece la situación, menos esfuerzo es necesario para cambiarla y mayor potencial de ascenso posee«. Y estos datos, aunque estén inmersos en una visión global muy negativa (número de parados, cifra de ERTES, índices bursátiles…), nos llevan a pensar que el repunte de las ventas por internet no ha sido un dato meramente pasajero sino que ha llegado para quedarse, la firma Deloitte por ejemplo afirmó en Expansión que “gran parte del incremento de la venta online por el Covid-19 se convertirá en estructural«.
En definitiva, esta crisis ha provocado que el pequeño comercio, las pymes, las grandes corporaciones y los compradores nos demos cuenta de la verdadera importancia de contar con una página web que venda por si sola. Una web que si es de calidad, segura, y que transmita confianza, supondrá una gran ventaja para la marca con respecto a sus competidores. Y, al igual que de la crisis de 2008 salieron cosas positivas, seguro que de esta complicada situación también podremos extraer algún aspecto no tan negativo. Comprobaremos, ojalá más pronto que tarde, si verdaderamente el crecimiento exponencial de las ventas online ha sido un fenómeno que concluirá con el confinamiento o si por el contrario, los clientes continuamos depositando nuestra confianza en este modo de consumir.
¿Qué va a pasar a corto-medio plazo? ¿Qué comportamiento tendrá el usuario? ¿Seguirá el impresionante crecimiento del ecommerce o la tendencia actual es pasajera? No podemos dar una respuesta rotunda ya que esta situación es diferente, nueva y peculiar para todos.
Intuimos que los datos del comercio electrónico van a seguir siendo muy positivos, lo decimos con prudencia porque muchas marcas no están aún preparadas para pasar su producto | servicio al mundo online.
Intuimos que, cuando todo pase, los datos del ecommerce seguirán siendo muy positivos porque cambiarán nuestro hábitos. No decimos que no volvamos a ir de compras pero si que costará un tiempo. Cuando volvamos, dudo que los usuarios vivan el proceso de compra en las tiendas como una experiencia positiva porque las medidas de higiene lo harán más difícil. El impacto negativo en algunos comercios, sobre todo pequeños, se intuye que será alto.
Intuimos que el ecommerce seguirá con esta tendencia al alza porque se han sumando nuevos colectivos (un 77% de los senior mayores de 60 años han roto la barrera de la digitalización según un estudio reciente de Nielsen). Un importante número de usuarios han descubierto que el comercio online es rápido y seguro.
Aprovecha entonces estos días para reflexionar sobre la necesidad o no de crear un ecommerce en tu organización. En algunos casos no es una decisión fácil (recursos humanos, recursos económicos, política de precios, canales de distribución tradicionales, … ) pero es el momento de parar y, al menos, hacer el análisis de los pros y contras.
El papel del lider en la organización va a ser vital ahora. El lider tendrá que tener una visión estratégica de la situación, adelantarse a los acontecimientos, tener la capacidad de ilusionar a su equipo y ser muy muy ágil !
Pero el Equipo también tendrá un papel fundamental. Somos las personas, TODAS las que hacemos que la máquina funcione. No puede tirar solo uno del carro. Es un trabajo de todos. El lider en las organizaciones tendrá que implicarse en la solución de esta situación y alinear a la organización hacia un objetivo pero, todos debemos esforzarnos y dar lo mejor de nosotros.
Ahora, más que nunca, se necesita gente buena y buena gente para salir adelante !
Animo a todos.
Ignacio Astiazaran & Marta Iraola